DESPEJANDO DUDAS FRECUENTES SOBRE LAS
CONSTELACIONES
FAMILIARES
A continuación presentamos un listado de
dudas frecuentes que se plantean los clientes antes o después de realizarse una
Constelación Familiar. Brigitte Champetier de Ribes, reconocida
maestra, terapeuta y consteladora, residente en España, nos despeja muy bien
las interrogantes más importantes que se presentan, con la finalidad de
orientar, tanto a consteladores como a constelados.
“¿Cómo los muertos pueden influir en mí?
Estamos hechos de los cromosomas de
nuestros antepasados biológicos. Si admitimos la transmisión de los rasgos
físicos, ¿por qué no los de la vida emocional de nuestros abuelos?. En efecto
estamos tejidos por todo lo realizado por nuestros ancestros. Lo que dejaron
sin hacer recae sobre nosotros y nuestros descendientes con la esperanza de que
alguien lo realice. Pero no sólo es transmisión, también lo que hacemos tiene
repercusión sobre los muertos. Todos, vivos y muertos, estamos interconectados.
Por qué hay que decir frases que uno no siente?
La emoción es creada por un pensamiento.
Si liberamos el pensamiento subyacente a una emoción, no necesitamos pasar por
la emoción, ésta desaparece por el mero hecho de haberse pronunciado las
palabras o pensamiento que la provocaron.
Las frases sirven a dos objetivos:
desvelar la emoción bloqueada, no asumida que está creando una intrincación
entre un antepasado y la persona y liberar una emoción parásita, adoptada de
otro familiar.
¿Se puede constelar por otra persona?
Los padres pueden por derecho propio
constelar por sus hijos. Recordemos que el hijo ES el síntoma de sus padres.
Constelar a un hijo será pues constelarse a sí mismo y al hijo.
En cuanto a constelar por otra persona
que no sea un hijo, el principio es que no. ¿Quiénes somos nosotros para saber
lo que debe constelar otra persona? ¿Quiénes somos para interferir en su
destino? Sin embargo, la experiencia dice que en algunos casos, muy
minoritarios, la Energía, el campo se sirve de nosotros para aliviar o
reconducir algo de la carga de otra persona. Entonces ¿cómo sabemos si podemos
hacerlo o no? Pidiendo el permiso de constelar al destino de ésta persona y
ateniéndonos escrupulosamente a la respuesta. Otra cosa es peligrosa para todos
– el constelado, el que pide la constelación, el constelador -, pues forzar el
destino tiene un coste muy alto.
¿Los niños se pueden constelar?
No. Mi experiencia es que no. Los niños llevan el destino de sus padres.
Quienes deben constelar por los hijos son los padres. La prueba es que el niño
que asiste a una constelación o bien se duerme (no debe verlo) o bien se agita,
se angustia. El niño no tiene capacidad de autonomía, sólo puede acatar las
fidelidades invisibles a las que está sometido. Todo lo que hagan los padres
para liberarse liberará al hijo. Por otra parte sabemos que tiene consecuencias
nefastas el que un niño juzgue a sus padres, devele sus secretos, conozca sus
desordenes.
Tengo tantos temas, no se cual elegir.
¿Estás seguro de que quieres cambiar tu
vida?
Apurarse, preocuparse o agobiarse por
tener tantos temas es simplemente un medio, más o menos consciente, para evitar
enfrentarse al núcleo, a la pauta más profunda, al significado común de todos
estos temas.
Podríamos constelar nuestra familia actual y nuestra familia de
origen y ¿todo quedaría ordenado?
Los vínculos e intrincaciones se conocen
por sus efectos, uno no se puede adelantar, es ineficaz.
Se pueden hacer estas constelaciones
para ordenar. Pero esto no suprime la trama de vínculos que tenemos, vínculos
que empezarán a hacerse efectivos en distintos momentos de la vida, según
fechas aniversarios, memorias de lugares, destinos que cruzamos etc.
¿Cada cuánto se puede constelar?
Al principio, Hellinger decía que una
vez en la vida. Después decía que era preciso esperar un mínimo de dos meses entre cada
constelación, posteriormente ya no ponía plazo.
Lo que observo es que no hay regla. A
menudo hay que dejar pasar tiempo después de la primera constelación. Otra
observación es que los plazos se están acortando mucho.
¿Se puede contar la constelación?
Se puede contar la constelación a una
persona íntima, compartiendo con ella la película de los hechos y las
emociones. Lo que es negativo es analizarla, racionalizarla, durante los primeros
días posteriores a su realización.
Cuanto menos hablemos de una
constelación mejor, pues ya pasó y lo que estamos describiendo ya no es. Y
hablar de ella es hacer retroceder la energía en el momento en que se
desarrolló la constelación.
¿Las constelaciones son compatibles con otras terapias?
Sí, totalmente. Uno se da cuenta que con
las constelaciones ya no se necesita tanto apoyo de una psicoterapia larga, en
caso de necesitar este apoyo, pero sí puntualmente de terapias breves. Por
ejemplo, las terapias energéticas son muy eficientes justo después de una
constelación; las psicoterapias humanistas, las terapias de liberación o
integración de los traumas son a menudo necesarias y suelen ser terapias
breves.
¿Cómo es el proceso después de una constelación?
Cada proceso es diferente. Podremos
experimentar más fuerza, más paz o más alegría desde un principio. Puede uno
sentirse extraño durante unas horas o unos días. El síntoma constelado puede
desaparecer de un modo espectacular o paulatinamente o incluso recrudecerse
antes de desaparecer.
Uno va notando, en sí mismo y en los que
le rodean, cambios sutiles o inexplicables.
Todo lo que se vive en la constelación
se vuelve a vivir en la vida real, a veces en cuestión de horas (a menudo en
los sueños), a veces en cuestión de meses, según la importancia del cambio.
Son cambios muy profundos los que se
realizan a través de una constelación, necesitan muchos meses para abrirse
camino. Las grandes tradiciones espirituales hablan de uno a dos años para la
instalación del cambio radical.
¿Se puede constelar dos veces el mismo tema?
Se suele decir que no se debe constelar
dos veces el mismo tema. No es que no se deba, es que si se da el caso
significa algo. Uno quizá plantee el problema de un modo demasiado genérico;
recordar que el tema se plantea del modo más concreto posible. Si se repite un
asunto concreto será que interfiere algo de la vida actual de la persona que
impide la sintonía con la conciencia familiar y con el destino propio, algo como
un trauma sin integrar o una culpa sin asumir. Lo adecuado será entonces
trabajar esta interferencia con otro tipo de terapia hasta solventar el
estancamiento.
¿Hay que ser creyente para constelar?
No, en absoluto. Más bien, el trabajo
con constelaciones va a despojarnos de nuestras creencias arcaicas – creencias
elaboradas cuando éramos pequeños para aliviarnos del miedo, de la soledad o de
la culpa y creencias por fidelidad a nuestro sistema, creencias que nos
permiten sentirnos miembros de una familia, una clase social, una historia.
Nos damos cuenta, conforme crecemos, de
que vamos abandonando las creencias restrictivas, elitistas, excluyentes: “esto
está bien, hay que hacer esto, eso es bueno, eso es bonito, eso es valioso,…”
Con estos juicios rechazamos por “malos, feos o despreciables” a todos los que
no cumplen con nuestras exigencias.
Y vamos adoptando creencias
“incluyentes”: todo ser humano merece ser respetado, todo ser humano merece
compasión…
Las constelaciones, terapia cuántica por
excelencia, nos acerca a otra dimensión, de la misma manera que lo hace la
física cuántica: la energía es pensamiento en acción. Somos energía. Somos
pensamiento en acción, ¿de dónde viene este pensamiento? Estamos organizados en
sistemas (sistema corporal, sistema familiar, sistema de salud, sistema
económico, etc…) ¿Este pensamiento es pre sistémico?
A través de la representación física de
las personas de una familia Hellinger pudo darse cuenta del significado del
movimiento de estos representantes: existe un nivel de movimiento, muy lento,
muy profundo, anterior a las emociones que es la manifestación de las fuerzas
invisibles, inconscientes que dirigen los vínculos entre vivos y muertos.
Las constelaciones son la representación
gráfica de unas dinámicas que superan nuestra comprensión racional. Las
definiciones como creyente, ateo, esotérico no tienen mucho significado en este
contexto, pues sólo se trata de observar y descubrir. Y para observar y
descubrir, para “reconocer lo que es”, no queda más remedio que despojarse un
momento de las convicciones anteriores.
Y según Hellinger ¿Qué es lo más importante? ¿Cuál es el sentido
de la vida?
No hay ninguna cosa más importante que
otra, todo es igualmente valioso por el sólo hecho de estar ahí.
Sólo el que no está en sintonía con la
vida se pregunta sobre el sentido de la misma.
El sentido de la vida es vivir. Vivir y
ayudar a vivir. Vivir, que no sobrevivir, incluso en condiciones de
supervivencia.
Fuente:
Brigitte Champetier de Ribes
Fuente de Imágenes: tomadas de la Red.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.