martes, 30 de diciembre de 2014

DESPEJANDO DUDAS FRECUENTES SOBRE LAS CONSTELACIONES FAMILIARES


DESPEJANDO DUDAS FRECUENTES SOBRE LAS 
CONSTELACIONES FAMILIARES


A continuación presentamos un listado de dudas frecuentes que se plantean los clientes antes o después de realizarse una Constelación Familiar. Brigitte Champetier de Ribes, reconocida maestra, terapeuta y consteladora, residente en España, nos despeja muy bien las interrogantes más importantes que se presentan, con la finalidad de orientar, tanto a consteladores como a constelados. 



“¿Cómo los muertos pueden influir en mí?

Estamos hechos de los cromosomas de nuestros antepasados biológicos. Si admitimos la transmisión de los rasgos físicos, ¿por qué no los de la vida emocional de nuestros abuelos?. En efecto estamos tejidos por todo lo realizado por nuestros ancestros. Lo que dejaron sin hacer recae sobre nosotros y nuestros descendientes con la esperanza de que alguien lo realice. Pero no sólo es transmisión, también lo que hacemos tiene repercusión sobre los muertos. Todos, vivos y muertos, estamos interconectados.



Por qué hay que decir frases que uno no siente?

La emoción es creada por un pensamiento. Si liberamos el pensamiento subyacente a una emoción, no necesitamos pasar por la emoción, ésta desaparece por el mero hecho de haberse pronunciado las palabras o pensamiento que la provocaron.

Las frases sirven a dos objetivos: desvelar la emoción bloqueada, no asumida que está creando una intrincación entre un antepasado y la persona y liberar una emoción parásita, adoptada de otro familiar.



¿Se puede constelar por otra persona?

Los padres pueden por derecho propio constelar por sus hijos. Recordemos que el hijo ES el síntoma de sus padres. Constelar a un hijo será pues constelarse a sí mismo y al hijo.

En cuanto a constelar por otra persona que no sea un hijo, el principio es que no. ¿Quiénes somos nosotros para saber lo que debe constelar otra persona? ¿Quiénes somos para interferir en su destino? Sin embargo, la experiencia dice que en algunos casos, muy minoritarios, la Energía, el campo se sirve de nosotros para aliviar o reconducir algo de la carga de otra persona. Entonces ¿cómo sabemos si podemos hacerlo o no? Pidiendo el permiso de constelar al destino de ésta persona y ateniéndonos escrupulosamente a la respuesta. Otra cosa es peligrosa para todos – el constelado, el que pide la constelación, el constelador -, pues forzar el destino tiene un coste muy alto.



¿Los niños se pueden constelar?

No. Mi experiencia es que no.  Los niños llevan el destino de sus padres. Quienes deben constelar por los hijos son los padres. La prueba es que el niño que asiste a una constelación o bien se duerme (no debe verlo) o bien se agita, se angustia. El niño no tiene capacidad de autonomía, sólo puede acatar las fidelidades invisibles a las que está sometido. Todo lo que hagan los padres para liberarse liberará al hijo. Por otra parte sabemos que tiene consecuencias nefastas el que un niño juzgue a sus padres, devele sus secretos, conozca sus desordenes.



Tengo tantos temas, no se cual elegir.

¿Estás seguro de que quieres cambiar tu vida?

Apurarse, preocuparse o agobiarse por tener tantos temas es simplemente un medio, más o menos consciente, para evitar enfrentarse al núcleo, a la pauta más profunda, al significado común de todos estos temas.



Podríamos constelar nuestra familia actual y nuestra familia de origen y ¿todo quedaría ordenado?

Los vínculos e intrincaciones se conocen por sus efectos, uno no se puede adelantar, es ineficaz.

Se pueden hacer estas constelaciones para ordenar. Pero esto no suprime la trama de vínculos que tenemos, vínculos que empezarán a hacerse efectivos en distintos momentos de la vida, según fechas aniversarios, memorias de lugares, destinos que cruzamos etc.



¿Cada cuánto se puede constelar?

Al principio, Hellinger decía que una vez en la vida. Después decía que era preciso esperar  un mínimo de dos meses entre cada constelación, posteriormente ya no ponía plazo.

Lo que observo es que no hay regla. A menudo hay que dejar pasar tiempo después de la primera constelación. Otra observación es que los plazos se están acortando mucho.



¿Se puede contar la constelación?

Se puede contar la constelación a una persona íntima, compartiendo con ella la película de los hechos y las emociones. Lo que es negativo es analizarla, racionalizarla, durante los primeros días posteriores a su realización.

Cuanto menos hablemos de una constelación mejor, pues ya pasó y lo que estamos describiendo ya no es. Y hablar de ella es hacer retroceder la energía en el momento en que se desarrolló  la constelación.



¿Las constelaciones son compatibles con otras terapias?

Sí, totalmente. Uno se da cuenta que con las constelaciones ya no se necesita tanto apoyo de una psicoterapia larga, en caso de necesitar este apoyo, pero sí puntualmente de terapias breves. Por ejemplo, las terapias energéticas son muy eficientes justo después de una constelación; las psicoterapias humanistas, las terapias de liberación o integración de los traumas son a menudo necesarias y suelen ser terapias breves.


¿Cómo es el proceso después de una constelación?

Cada proceso es diferente. Podremos experimentar más fuerza, más paz o más alegría desde un principio. Puede uno sentirse extraño durante unas horas o unos días. El síntoma constelado puede desaparecer de un modo espectacular o paulatinamente o incluso recrudecerse antes de desaparecer.

Uno va notando, en sí mismo y en los que le rodean, cambios sutiles o inexplicables.

Todo lo que se vive en la constelación se vuelve a vivir en la vida real, a veces en cuestión de horas (a menudo en los sueños), a veces en cuestión de meses, según la importancia del cambio.

Son cambios muy profundos los que se realizan a través de una constelación, necesitan muchos meses para abrirse camino. Las grandes tradiciones espirituales hablan de uno a dos años para la instalación del cambio radical.


¿Se puede constelar dos veces el mismo tema?

Se suele decir que no se debe constelar dos veces el mismo tema. No es que no se deba, es que si se da el caso significa algo. Uno quizá plantee el problema de un modo demasiado genérico; recordar que el tema se plantea del modo más concreto posible. Si se repite un asunto concreto será que interfiere algo de la vida actual de la persona que impide la sintonía con la conciencia familiar y con el destino propio, algo como un trauma sin integrar o una culpa sin asumir. Lo adecuado será entonces trabajar esta interferencia con otro tipo de terapia hasta solventar el estancamiento.



¿Hay que ser creyente para constelar?

No, en absoluto. Más bien, el trabajo con constelaciones va a despojarnos de nuestras creencias arcaicas – creencias elaboradas cuando éramos pequeños para aliviarnos del miedo, de la soledad o de la culpa y creencias por fidelidad a nuestro sistema, creencias que nos permiten sentirnos miembros de una familia, una clase social, una historia.

Nos damos cuenta, conforme crecemos, de que vamos abandonando las creencias restrictivas, elitistas, excluyentes: “esto está bien, hay que hacer esto, eso es bueno, eso es bonito, eso es valioso,…” Con estos juicios rechazamos por “malos, feos o despreciables” a todos los que no cumplen con nuestras exigencias.

Y vamos adoptando creencias “incluyentes”: todo ser humano merece ser respetado, todo ser humano merece compasión…

Las constelaciones, terapia cuántica por excelencia, nos acerca a otra dimensión, de la misma manera que lo hace la física cuántica: la energía es pensamiento en acción. Somos energía. Somos pensamiento en acción, ¿de dónde viene este pensamiento? Estamos organizados en sistemas (sistema corporal, sistema familiar, sistema de salud, sistema económico, etc…) ¿Este pensamiento es pre sistémico?

A través de la representación física de las personas de una familia Hellinger pudo darse cuenta del significado del movimiento de estos representantes: existe un nivel de movimiento, muy lento, muy profundo, anterior a las emociones que es la manifestación de las fuerzas invisibles, inconscientes que dirigen los vínculos entre vivos y muertos.

Las constelaciones son la representación gráfica de unas dinámicas que superan nuestra comprensión racional. Las definiciones como creyente, ateo, esotérico no tienen mucho significado en este contexto, pues sólo se trata de observar y descubrir. Y para observar y descubrir, para “reconocer lo que es”, no queda más remedio que despojarse un momento de las convicciones anteriores.


Y según Hellinger ¿Qué es lo más importante? ¿Cuál es el sentido de la vida?

No hay ninguna cosa más importante que otra, todo es igualmente valioso por el sólo hecho de estar ahí.

Sólo el que no está en sintonía con la vida se pregunta sobre el sentido de la misma.

El sentido de la vida es vivir. Vivir y ayudar a vivir. Vivir, que no sobrevivir, incluso en condiciones de supervivencia.

 




Fuente: Brigitte Champetier de Ribes
Fuente de Imágenes: tomadas de la Red.


sábado, 27 de diciembre de 2014

LAS NUEVAS CONSTELACIONES (FAMILIARES Y SISTÉMICAS)


LAS NUEVAS CONSTELACIONES 

(FAMILIARES Y SISTÉMICAS)

Por: Brigitte Champetier de Ribes

“Las constelaciones son un servicio a la vida, nos permiten descubrir la dimensión sistémica oculta que dirige nuestras decisiones, nuestras emociones y nuestros destinos. Gracias a estas tomas de conciencia somos capaces de reorientar nuestro quehacer hacia más vida, más salud, más amor. Hacia una mayor realización.

Por un lado permiten una apertura de la conciencia que a su vez sana nuestra vida. Nos ayudan a estar más vivos, en la fuerza y la responsabilidad del adulto, a estar centrado, en el respeto y en la gratitud. Y con ello nuestras vidas empiezan a cambiar.

Por otro lado, la herramienta basada en representar a otros, sin saber nada de ellos, desde el centramiento, solamente empujado por un lento y silencioso movimiento sanador, permite una sanación profunda, a menudo sorprendente y rápida de cualquier desorden de nuestra vida, desde una enfermedad hasta un acoso.


La paradoja

Rechazar algo sólo sirve para que ese algo crezca.

Temer algo es atraer ese algo.

Solamente el asentimiento nos libera de las cargas y permite que se inicie el cambio.


¿Cómo entender esa paradoja?

Nuestra vida es energía, es movimiento y cambio.

Sin embargo una potente influencia sistémica nos empuja a imitar lo ya existente. El sentimiento de culpa nos impide ser auténticos, ¿cómo voy a atreverme a soltar la tradición?

Además, nuestra mente tiene miedo al cambio: se agarra a lo conocido y lo quiere repetir una y otra vez. Estamos continuamente frenando la corriente viva de la vida con  nuestros miedos, ilusiones, frustraciones… Nos cuesta reconocer que la vida nos está hablando a través de las pruebas,  problemas, conflictos o accidentes. Cada dificultad es necesaria para que de ella germine algo nuevo. Pero para que dé sus frutos tenemos que aceptar vivirla…

Para que nuestros problemas nos hablen, primero hemos de aceptarlos. Aceptar todos los límites que configuran nuestro destino. Sólo entonces la vida se volverá a poner en marcha.

En el problema está la solución, está la vida.


¿Qué es el destino desde el punto de vista de las Constelaciones?

Nuestras vidas están determinadas por nuestro sistema familiar, y los demás sistemas a los que pertenecemos. Una observación sistémica a la que no nos podemos sustraer es la siguiente: los más pequeños han de terminar lo que sus mayores no terminaron. Toda emoción sigue un ciclo que permite acabar en paz y adaptado a un nivel más alto de la realidad. Si un enfrentamiento no ha llegado a la reconciliación, si no se ha agradecido un favor, no se ha terminado de llorar un muerto, un descendiente tendrá que vivir este mismo conflicto, hasta que se resuelva. Nuestro destino está marcado por varias fidelidades a ancestros que no acabaron algo. Y sus conflictos serán nuestros conflictos mientras nos neguemos a asumirlos.

Cada día nuestro destino varía, se hace más llevadero en cuanto asumimos algo y empeora cuando lo rechazamos…

Por lo que el primer requisito antes de plantearse una constelación es asentir a lo que nos toca y responsabilizarnos de la consecuencia de todos nuestros actos, emociones y pensamientos.


¿Qué constelar?

¿Qué es lo esencial para mi hoy?

En el camino de vida que llevo, ¿qué es lo que realmente necesito?

¿Qué es lo que intento una y otra vez y no consigo?

¿Existe un patrón de repetición en mi vida, mis actitudes, mis elecciones?

¿Algo ha ocurrido, algo que no puedo integrar?

La constelación no va a ir más allá de lo que uno pone. En el equilibrio entre dar y recibir, la persona asume y agradece su vida como es, y la vida le regalará un cambio. El cambio será proporcional a lo que nosotros soltemos por amor.

El constelador no es el sanador, sólo se pone al servicio de tu destino, tu sistema familiar y de la energía, permitiendo que otras fuerzas (movimiento del espíritu, fuerzas de sanación, resonancia, etc.) trabajen haciendo emerger una nueva realidad de tu propia vida.

Ese movimiento de sanación respeta el libre albedrío de la persona y no irá más allá de lo que la persona entrega, en cuanto a amor, aceptación y respeto.

Por otra parte, no existe sanación individual, la sanación es de todos. La solución es necesariamente una solución buena para todos. Por lo que nos podemos olvidar de los detalles de lo que queremos conseguir. Sólo las fuerzas de sanación saben cuál puede ser la solución buena para nosotros. Y nuestra apertura a la vida como es permitirá que se desarrolle una solución totalmente inesperada y buena para todos.

Los que quieren controlar el curso de su vida, lo hacen durante un periodo y luego necesariamente se les escapará y vivirán la polaridad de su control.

El constelador no va a hacer de padre ni de madre, no es un protector, ni es un mago: no puede cambiar mi destino, ni liberarme de mis responsabilidades o de mis culpas. Tampoco va a poder transformar mis sueños en realidad. Sólo se va a centrar permitiendo que el cliente se conecte con su propio centro vacío, allí reside toda la sanación.


En la nueva constelación familiar, veremos un doble fenómeno:

Delante del cliente y del constelador se van a manifestar las dinámicas ocultas que gobiernan la vida del cliente como miembro de distintos sistemas.

Los pequeños están al servicio de los mayores. Los vivos estamos al servicio de los muertos. En cuanto aceptamos esta jerarquía y este servicio, los muertos se vuelcan en nuestra ayuda, permitiendo que nuestra vida tome un nuevo rumbo.

Aparecen los desórdenes de los campos  (relación de pareja, relación con los inferiores, relación con los progenitores, etc.) a los que el cliente está vinculado.

Y empieza a manifestarse un movimiento de reconciliación  entre los ancestros, hasta dónde la actitud interna del cliente lo permita.

A su vez, este movimiento de reconciliación libera al cliente de su intrincación.

Lo que ocurre entre cliente y ancestros es totalmente circular, sistémico.

El cliente está conectado con el campo energético en el que se desarrolla la constelación. El cliente está en interacción recíproca con ese campo. Guiado por el constelador, irá haciendo, internamente, afirmaciones sanadoras, reconociendo sin miedo lo que hay (te sigo en la muerte, pago por ti, etc.) y tomando decisiones conscientes (me despido de ti, dejo la culpa contigo, te honro, etc.) que actuarán sobre el desarrollo de la constelación, pues el movimiento del espíritu muestra el camino al cliente, pero no le obliga a tomarlo si él así no lo decide.

Cuando acaba la constelación, el constelador se retira y se olvida, dejando al cliente con toda su fuerza y su nueva autonomía, totalmente abierto a la vida y a su nueva conciencia.


¿Quién se puede constelar?

Sólo un adulto se puede constelar, sólo el que asume sus responsabilidades, el que es capaz de reconocer lo que hay y puede tomar decisiones personales y autónomas (como decir sí, despedirse, devolver algo…).

Sólo se puede constelar el que decide por sí mismo constelarse, el que ha encontrado las constelaciones en su camino hacia más vida.

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Después de una Constelación Familiar

Durante los días que siguen a tu constelación estarás en un período de sensibilidad y emotividad agudizadas, con la memoria y el inconsciente muy abiertos, como si estuvieras energetizado o en un estado alterado de conciencia. Por ese motivo es muy aconsejable durante estos dos días una terapia energética (sacro craneal, acupuntura, polaridad,  etc.), pues el efecto de la constelación y de esa terapia  se potenciará mutuamente.

Después, durante varias semanas, incluso varios meses y en algunos casos años, continuarás procesando la información recibida el día de tu Constelación. En ese período se elaborarán los cambios sistémicos y energéticos que tendrán lugar en ti, en otros miembros de tu familia y en las personas que resuenan contigo. Son cambios muy profundos y sutiles: cambios de creencias, cambios de energía, cambios de “guión” que implican que soltarás varias compensaciones a las que tienes mucho apego, te llegarán nuevas metas.

Algunos se sienten removidos, raros, durante unos días. Como después de cualquier psicoterapia, atraviesa la fase de cambios con ilusión, curiosidad, paciencia, sentido del humor. Descubrirás después, a veces en seguida, que te sientes fluir de un modo nuevo lleno de energía y de amor por ti mismo y los demás.

A veces se produce una resolución físicamente dolorosa, como dolores, gripe, cansancio. Cuídate, son etapas normales de “desintoxicación”…

No tomes decisiones precipitadas, gastarías en balde la energía que poco a poco te va a embargar. Las decisiones van a venir solas.

Posteriormente notarás que has emprendido un giro en tu vida y que este giro ha fluido sólo, porqué ya estás totalmente en el aquí y ahora, sacando provecho y disfrutando de lo que te queda, rindiendo al máximo de tus posibilidades. Que fluya no significa que viene sólo, viene gracias a tu entrega, a tu nuevo respeto de lo sistémico y de la vida como es, a tus tomas de conciencia, a tu decisión de asumir tus responsabilidades…

La constelación sigue actuando durante tiempo, es necesario dejarle su espacio.

Los sistemas a los que pertenecemos enviarán señales en forma de nueva dificultad cuando necesiten que volvamos a constelar y a veces muy pronto. Piensa que no hay regla. Tu cuerpo, tus emociones, tu vida te dirán cuándo. Algunos verán la necesidad de trabajar sistémicamente distintos aspectos de su vida que van surgiendo en lo cotidiano, y aprenderán a hacerlo ellos solos, haciéndose cada vez más autónomos.

Mientras tanto, participar en las constelaciones de los demás es muy recomendable, siempre que lo sientas, que te apetezca. Permite nuevas tomas de conciencia, nuevas liberaciones y refuerzo del proceso iniciado.

Con el tiempo, en los momentos de estrés, es posible que te observes de nuevo reacciones o síntomas que la constelación hizo desaparecer. Aparecen nuevas capas de la cebolla, ahora tienes más experiencia, lo que aún no está liberado del todo se vuelve a manifestar para una nueva toma de consciencia. 

También ten en cuenta que la constelación corta el “motor” sistémico, el origen de nuestros problemas y nos permite vivir en la energía creativa, pero el cerebro los tiene grabados, estos viejos problemas y en momentos de cansancio o penuria síquica, el mismo cerebro, buscando el ahorro energético, recurre a lo viejo conocido, aunque con menos fuerza, aunque ya no tenga sentido... Entonces nos queda un trabajo de purificación y aceptarnos como somos… También nos daremos cuenta que los apoyos terapéuticos periódicos de todo tipo son útiles para “desgravarnos” y mantenernos energéticamente fluidos.

Desde que Hellinger se acercó al amor del espíritu y a su movimiento, la comprensión de las constelaciones ha cambiado. Nos hemos dado cuenta que lo importante de una constelación  es el movimiento que se pone en marcha para el cliente, no la imagen final… Incluso uno puede olvidar completamente su constelación, olvidar las imágenes de su constelación. El movimiento interno puesto en marcha en esa persona y en su sistema familiar no necesita de esas imágenes. Somos movimiento…


Tomo mi vida y mi proceso de evolución con amor y admiración.
Cada uno estamos al servicio de la vida, viviendo la etapa que nos corresponde vivir,
cada uno somos como tenemos que ser,
todos juntos
resonando todos con todos.

Agradezco a todos los que me han permitido llegar a dónde estoy,
ahora sé que todo lo hicieron por amor.
Agradezco la oportunidad de devolver su dignidad y su sitio a las personas no honradas.
Me alegro por el patrimonio de humanidad
que estoy entregando a las generaciones futuras."





Fuente: 
Brigitte Champetier de Ribes, 2014

lunes, 22 de diciembre de 2014

CONSIDERACIONES DE BERT HELLINGER PARA TOD@S LOS CONSTELADORES



CONSIDERACIONES DE 
BERT HELLINGER
PARA TOD@S LOS CONSTELADORES


"Todo el mundo está capacitado para constelar, pues las constelaciones están en manos de Algo Mayor."
Bert Hellinger




Después de varios entrenamientos en Constelaciones, alguien preguntó:
-Y ahora, ¿puedo organizar mis grupos de constelación?, ¿ya está? ¿es suficiente?

A lo que Bert Hellinger respondió: “…La vida no se detiene en el parto, ¿no?...Cuando se saben algunas cosas sobre los órdenes del amor y qué hacer para que vuelvan a funcionar, se puede hacer mucho bien.”




Desde este espacio, reseñamos y destacamos algunas de las consideraciones más importantes expuestas por Bert Hellinger para tomar en cuenta a la hora de Constelar…Gracias a tod@s por acercarse a leernos!!


LA PRUDENCIA

Me gustaría añadir algunas cosas relativas a las constelaciones. En efecto, se trata de un método muy sencillo. Tomamos a algunas personas, las colocamos y encontramos el orden. Es un instrumento muy potente que hay que utilizar con temor y temblor. ¡Qué fácil es equivocarse! Si por ejemplo uno no está en sintonía, no encuentra donde está la identificación o atribuye a alguien algo que no le pertenece, puede causar un daño terrible.

Para utilizar las constelaciones, es preciso tener un amplio campo de experiencia en terapia, de las fuerzas que actúan en el alma y saber cómo tratarlas. Es necesario ser prudente, muy prudente, con la mirada fija en los que necesitan ayuda.

Cuando estamos en situación de constelar y que uno mismo tiene miedo, estamos en la mejor disposición. Pues el miedo nos hace prudentes. Nos pone en sintonía. Por el contrario, si lo hacemos como un juego, un juego de rol, un psicodrama, entonces sí que es peligroso. Es cuando no se respeta la profundidad de las fuerzas que actúan. Me gustaría que lo tuvieseis en cuenta.

No tenemos derecho de constelar por curiosidad, para saber algo, ¿qué hay en mi familia?. Sólo se puede y se debe utilizar las constelaciones con seriedad, cuando hay problemas que parecen insolubles.


LOS NIVELES

La constelación actúa en distintos niveles. Alguien que conoce los órdenes del amor puede constelar los casos benignos.

Pero cuando se trata de vida y muerte, otra cosa está en juego. Existe una manera interna de proceder que hay que respetar: entramos en el centro, en el centro vacío. 

Cuanto más profundamente entramos en ese centro vació, más naturales son los efectos hacia el exterior. No se les pueden explicar. Pues, en el centro, estamos unidos a la mayoría de las cosas y estamos en sintonía con ellas.


EL CAMINO

El que hace este tipo de trabajo avanza en un camino. Podríamos hablar de un camino espiritual, si ese término no fuera muy grande. Conforme más avanzamos, más obligaciones tenemos, estamos más obligados a mantener ciertos comportamientos, a tener ciertas tomas de consciencia, a la humildad, a la sangre fría, a la benevolencia. Así, maduramos con el trabajo. Y cuanto más maduramos, más bello es este trabajo."




Fuente: Bert Hellinger Wir gehen nach vorne, Año 2002
pp. 272-272