domingo, 9 de noviembre de 2014

LAS TRES LEYES DE LOS ÓRDENES DEL AMOR

LOS ÓRDENES DEL AMOR
Siempre hemos escuchado y leído que para que un ser humano se forme tienen que existir un padre y una madre. Aparentemente todos (as) estamos claros con respecto a este asunto, pero algunas personas carecen de una imagen interna en las que estén presentes MAMÁ Y PAPÁ.
La ausencia de una imagen interna en donde aparezcan los progenitores se debe a que los hijos/as consideran que si papá y/o mamá han fallecido, se han ido o han abandonado, perdieron su lugar dentro de la familia, quedando un vacío que puede ser ocupado a la larga o inmediatamente por otra persona. Esta “sustitución” puede darse de la siguiente manera: a) la misma mamá que dice: “yo soy madre y padre”; b) uno o ambos abuelos; c) la nueva pareja de papá o mamá; d) un hijo o una hija; e) las parejas de estos hijos (as) cuando crecen.
Bert Hellinger (Filósofo, Pedagogo y Teólogo alemán, 1925) creador de la Teoría de las Constelaciones Familiares descubrió que en los sistemas humanos se encuentran tres leyes que juntas constituyen lo que él denominó LOS ORDENES DEL AMOR.

PERTENENCIA

La primera ley señala que cada miembro de la FAMILIA pertenece a la FAMILIA, independientemente de lo que él o ella hayan hecho o dejado de hacer con su vida. Esto significa que ese sistema al cual ESTAMOS Y ESTAREMOS VINCULADOS, no acepta que sus miembros sean excluidos, olvidados o despreciados, pues su objetivo es velar por su integración o unidad a través de una fuerza de conservación que es su propia conciencia. Si un padre abandona a su hijo o hija, aunque no esté físicamente, siempre será el padre y tendrá ese lugar en la familia. Nadie jamás podrá sustituirlo. Si la madre sola se ocupa de la crianza y educación del hijo (a), debe reconocer y respetar la figura del padre, pues gracias a él, ese hijo (a) vino a la vida. De esa manera, le estará permitiendo que lo haga diferente.

 

JERARQUÍA

La segunda ley se refiere al orden que hay en la familia. Ese orden tiene que ver con los que han venido antes y los que han llegado después a la vida.

En un sistema familiar TIENEN MÁS DERECHOS:
A nivel individual el que estuvo primero: a) La pareja antes que los hijos (as); b) los hermanos (as) mayores antes que los menores; c) la conciencia familiar también incluye a los niños (as) fallecidos durante el embarazo y aquellos que murieron temprano; d) además deben tomarse en cuenta las parejas significativas (previas) a la unión cuya experiencia permitió el movimiento y la creación de un nuevo sistema familiar; e) debemos incluir a las personas que causaron beneficios o daños a la familia.
A nivel de sistemas, el actual tiene prioridad sobre la familia de origen. Esto significa que debemos darle más importancia y dedicarle más atención a la pareja y a los hijos (as) que a los padres y hermanos (as), pues de lo contrario difícilmente se consolidará esta nueva familia.

COMPENSACIÓN.

La tercera ley hace referencia a que en un sistema existe una interacción que lo mantiene vivo y esto se da a través de un DAR y un TOMAR constantes que tiene como fondo el AMOR; pero ese dar y tomar entre padres e hijos es muy diferente al de una relación de pareja.

El regalo más grande que hemos recibido es la vida misma a través de los padres, esto jamás se podrá compensar. Pretenderlo crea una dificultad, pues ningún hijo (a) tiene el poder de cambiar el destino de sus padres. Sólo se podrá aliviar esta deuda a través de lo que uno pueda dar a sus propios hijos (as) o a la comunidad haciendo algo útil y diferente con esa vida.
La relación de pareja es una relación entre iguales. De allí que ambos DAN y ambos TOMAN. Si se mantiene un equilibrio en este intercambio, entonces la relación puede crecer.

Fuente: Recopilación de Material Educativo suministrado por la Prof. Albis Amalia Rivas Yusty. III Formación en Constelaciones Familiares. Maracay, 2014

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